Querida persona especial, sé que estas en alguna parte, en algún rincón, pero la verdad me has hecho falta todo este tiempo en el que no has estado.
Dirás quizá que no es para tanto, es la verdad cariño. Te preguntaras ¿Por qué? O simplemente harás una expresión en tu rostro que me indique que no entiendes. Te explicare.
Los seres humanos tenemos un ciclo, nacer, crecer, reproducirse y morir ¿no?, entonces, yo me pregunto, ¿Qué es lo que exactamente significaría crecer?. He tratado de responder esa incógnita y aun lo sigo haciendo, pero esto es a lo he llegado.
En la vida los animales racionales tenemos un propósito ya sea cual sea, recorremos un camino por así decirlo, en el trayecto nos encontramos con obstáculos, con limitaciones que hasta te harán pensar “Joder, ya no puedo más” pero sabes, esos problemas, obstáculos o limitaciones son los que te darán la experiencia para el futuro, para el futuro que tienes labrado en tu proyecto de vida.
Cada persona existente en el planeta tierra, es su propio mundo, con sus defectos, cualidades, gustos, mejor dicho todo lo que responde a la pregunta ¿Quién eres?
Sería bueno ¿no? Sería bueno lograr todo lo que tengas pensado u planeado para tu vida, ¿te imaginas? Ir a las Cataratas del Niagara, nadar con tiburones, subirse a la montaña rusa más grande del mundo, encontrarte como persona, saber quién eres y en quien te convertirás. Definitivamente todo un desafío que casualmente frente a todas las adversidades tiene que ser cumplido; Ahora te incluyo, dime de que sirve hacer todo eso si no tienes a nadie a tu lado que te apoye, que se alegre contigo, aunque sea de alguna bobada, de que le enorgullezcas, de que comparta la más mínima locura contigo sin vergüenza. ¿Umm? Sé que a veces en momentos efímeros es bueno estar solo, encuentras tu paz y te alejas un poco de la sociedad en la que estamos, pero definitivamente todo es más maravilloso si lo compartes con alguien.
Entonces ¿si ves? Me has hecho mucha falta persona especial, en cualquier lugar en donde te encuentres, que importa esperarte un ratito, cuando hace más de una vida que nos venimos queriendo encontrar… Continuando, ¿te parece si te hablo de mi un poco? Te diré mi punto de vista ante las relaciones, las personas, el mundo.
Vivimos en un mundo con estereotipos, que es delgada, que es gordita, que no se arregla, que no se viste a la moda, que no se peina, mejor dicho, muchos estereotipos por así decirlo. Acepto que esos “estereotipos” me han afectado, en el sentido que mi cuerpo no me gusta, hay días (la mayoría) en los que no me siento bella, en los que me avergüenzo de ser quien soy con toda esa fealdad que me rodea, sinceramente no me quiero.
Pero bueno ese no es el caso, el caso es que al momento de tener una relación no miro nada de lo físico, bueno si, pero no me gusta, no es que me guste, claro que me gusta, pero no me atrapa, no me atrae, no me sorprende, me sorprenden las almas, joder vaya que lo hacen, las almas me enamoran…, esas son por las que vale la pena conocer a alguien.
Uff, el alma…
Haber, el alma…. El alma es lo más hermoso que tiene la persona, es gratamente adictivo enamorarse de una. Me encantan las almas sencillas, las que sonríen fácilmente, las que no se creen mejor que nadie, las que dan y son buenas sin pedir nada a cambio, las que vibran, las que cultivan sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad, las que arriesgan lo cierto de lo incierto para ir detrás de un sueño, las que se permiten huir de sus consejos sensatos dejando las soluciones en las manos de nuestro padre, Dios.
Aquellas que se salen de lo “común”, las que bailan en la calle mientras se dirigen al Instituto o trabajo, las que son capaces de mirar a los ojos a un desconocido y hablar sobre el amor a primera vista, las que defienden una idea porque creen en ella, aunque suene absurda. Aquellas que no tienen miedo de llorar antiguas penas, a las que no tienen miedo de ser quienes son, sencillamente me encantan…me encantan las almas.
Mira persona, yo no quiero esas pequeñas conversaciones que siempre resultan aburridas, solo escríbeme, y sin necesidad de un hola, cuéntame porque te molestaste con tu mama esta mañana, cual es el pensamiento que ronda tu cabeza y no te deja dormir, o solamente como fue tu día, dime porque tienes esa marca de nacimiento de una forma algo peculiar en tu hombro. Mándame párrafos contándome sobre la vez que te quedaste dormida en la rama de un árbol o sobre aquella tarde en donde por primera vez fuiste al parque de diversiones. Llámame a mitad de la noche y explícame porque crees en los ángeles o si los superhéroes existen. Dime sobre la primera vez que viste a tu hermano llorando o incluso a tu hermanita, habla por horas si quieres, sobre las cosas que crees que no son esenciales u importantes y te prometo que te escuchare, prometo que le prestare atención a cada una de las cosas que me digas. Dímelo todo…
Y sabes, quizá me llames anticuada o quizá no, pero aun creo en ese tipo de cosas. Aun creo en las miradas profundas, aun creo en los besos con dulzura, aun creo en las cartas que al leerlas enrojecen mejillas, aun creo en las relaciones que duran toda una existencia, no lo sé llámame anticuada pero aun, ante todo y cada cosa, creo en el amor.
(Escrita el 4/10/2016) (Aun no ha cambiado nada mi pensamiento sobre lo que se dice aquí)
